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miércoles, 23 de enero de 2019

IV. LOS MAESTROS Y ARTESANOS DEL VETIVER

Libros vivientes: encuentro de generaciones y saberes

Fotorreportaje ecologico por: Nicolas Rodriguez Donoso
Tutora del Trabajo de grado: Ayarí Orellana



Comenzaba el  año 2016 una gran tarea: resonar con las enseñanzas del pasto Vetiver. La profesora Grace Rivero fue invitada junto a su esposo Edgar para multiplicar sus encuentros cercanos con el Vetiver. Grace y Edgar no eran sólo profesores, eran promotores culturales,  creadores, exploradores, artesanos. En fin, en sus manos había energía creadora, y ejemplo. Hoy por hoy, es  necesario destacar las cualidades profesionales y espirituales de esta joven maestra y esposa dedicada. Callada y medida en sus palabras, supo encarar el reto de mostrarle a la comunidad como manejar la fibra del “Khus-Khus” o  Pasto Vetiver. Grace, junto con Edgar, su esposo, vinieron invitados por el equipo de la Posada Momentos como parte de un intercambio de servicios. Sin saberlo, los posaderos y los profesores iniciaron lo que ya había comenzado con los rizomas de la planta en la profundidad de la tierra, crecer indefinidamente.

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     La señora Egilda de Meléndez, la querida abuela de la montaña, por supuesto que recibió a Grace y a Edgar con mucha satisfacción, a ella le encantan las manualidades, le encanta tejer, moldear arcilla y ahora trabajar con la fibra del Vetiver, ¡nunca es tarde para aprender!, la abuela ha acompañado el proceso todos los días, durante todas las visitas de los creadores Grace y Edgar al Yaracuy. Estos emisarios del Vetiver llegaron motivados. Parte de este entusiasmo se derivó de proyectos de responsabilidad social, empresarial, iniciados por convenios entre la Fundación Polar y la universidad Central de Venezuela. Se iniciaba un genuino intercambio de Valores y todos, grandes y chicos estaban dispuestos a vivir la experiencia de sembrar, desarrollar los rizomas, crecer como Vetiver y ser parte de una expresión creativa ilimitada.



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¡EMPEZÓ EL ENCUENTRO DE SABERES!


     Grace y Edgar, eran los personajes mas esperados siempre por la gente, durante los últimos 3 años.  Siguen y  seguirán siendo bien recibidos en la comunidad de la montaña. Su presencia es una suma de emociones, es una celebración, por un lado sus enseñanzas, y por otro el sentir que eres visitado. ¡Y que todos van a tejer!. Para los niños especialmente, un premio. Y hablando de niños, durante años, Grace siempre quiso ser mamá y lo pensó y lo pensaron, y lo declararon. Misteriosa y milagrosamente llegó el bebé, a quien amamantaron con leche de cabra… En la comunidad se rumora ahora que ese bebé es un niño del Vetiver, porque sus padres están enamorados de la vida y de lo que hacen

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      Migue Angel, un niño de 10 años de la montaña, fue uno de los que recibió con gusto el premio. Sus manos grandes y morenas se adaptaron de inmediato al Vetiver y empezó un encuentro mágico. Es como darse cuenta en un instante  que esto que se aprende ha sido siempre para él.





                   


Para Valentina Reyes Hidalgo, una niña montañesa de 9 años, el Vetiver llegó en el momento justo. Ella ha sido una niña muy estudiosa y dedicada, perfeccionista. El Vetiver era divertido y serio a la vez. Iba con su estilo de personalidad, le permitía concentrarse y sentir que hacia algo muy bonito. Tejiendo se sentía más Valentina.






         El encuentro de saberes afectó muy particularmente a Miguel, alias “miguelito”, quien le encantaba y encanta compartir lo que ha aprendido. Sus manos y pies prodigiosos, llenos de vida, hicieron una gran amistad con la fibra del Vetiver y miguelito empezó a ser también la labor de sus maestros. ¡Tiene confianza, sabe lo que hace!



El circulo de la cultura estaba consumado, al estilo del maestro brasileño Pablo Freire, todos unidos alrededor de un eje, un centro de atención. Con una sola brizna de paja  Vetiver, se había encendido la mecha de una escuela en plena calle, un centro de atención y de debate, un estímulo para mantenerse unidos, no sólo entre humanos, sino con toda la naturaleza circundante. Los rizomas niños se estaban multiplicando.







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Vetiver: un puente entre generaciones de maestros y artesanos



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